El código malicioso continúa siendo una de las principales amenazas a las que se enfrentan las organizaciones, las empresas y los usuarios.
Cuando hablamos de amenazas en seguridad TIC, hay una entre todas ellas que es recurrente y que ha logrado sobrevivir a más de tres décadas, creciendo, evolucionando y adaptándose conforme avanza la tecnología informática: el código malicioso (malware) o en lenguaje coloquial, los “virus”.
Para los expertos en seguridad, cualquier programa diseñado con fines maliciosos o dañinos, como robar información, alterar un sistema o impedir su uso (entre otros), es denominado código malicioso.
Actualmente, la variedad de estos programas es tal que referirse a estos como “virus” es hablar únicamente de una de las formas que pueden adoptar estos programas. Es más, el término “virus” hace referencia a una característica muy particular, la capacidad para copiarse a sí mismos, de forma similar a como lo hacen los virus que atacan a organismos biológicos, como es el caso de los virus humanos. Lo cierto es que la tipología de estos programas es muy extensa, tanto como lo son las actividades para las cuales son diseñados. Algunos de los tipos de código malicioso más conocidos son los siguientes:
- Virus. Tal y como se ha comentado son programas capaces de crear copias de sí mismos, de forma que anexan estas copias a otros programas legítimos o en zonas especiales de soportes de almacenamiento, como en el caso de los disquetes o los discos duros. Los virus suelen diseñarse para producir todo tipo de problemas en un ordenador, como volverlo más lento, bloquearlo o impedir el acceso a la información.
- Gusanos. Los gusanos son un tipo de código malicioso que se diseño originalmente para su propagación a través de redes de comunicaciones, mediante el uso de servicios como el correo electrónico. En la actualidad, son capaces de propagarse a través de servicios de mensajería instantánea o de redes de intercambio de ficheros (P2P) y su velocidad de propagación es muy alta en comparación con los virus, alcanzando además, zonas geográficas muy amplias. En realidad las técnicas de propagación de los gusanos son usadas por otros tipos de código malicioso.
- Troyanos. Son programas diseñados para acompañar o ser incorporados a programas legítimos. Su propagación es, a diferencia de los virus o los gusanos, “manual”, en el sentido de que es el usuario el que, mediante la distribución del programa que contiene el troyano facilita su propagación. Los troyanos se han especializado en el robo de credenciales bancarias y son una de las mayores amenazas en la actualidad, por la proliferación de este tipo de código malicioso, muy utilizado por los ciberdelincuentes.
- Spyware. Son programas destinados a la recolección de información sobre la actividad de un usuario. Están diseñados para pasar inadvertidos, de forma que el usuario no perciba ningún tipo de actividad fuera de lo normal. Cuanto más tiempo pasen sin ser detectados, más información serán capaces de recopilar, que luego es enviada a servidores o direcciones de correo que la recogen y la usan para todo tipo de fines.
- Adware. Son programas diseñados para mostrar publicidad al usuario. Suelen ser instalados junto con otros programas legítimos. Estos programas pueden recopilar información sobre la actividad del usuario con objeto de mostrar publicidad dirigida y específica. En general este tipo de aplicaciones son más bien una molestia, pero su instalación puede suponer un peor funcionamiento del ordenador y también, el acceso a sitios y páginas Web que pueden contener a su vez código malicioso.
Además del código malicioso descrito, hay muchos más, pero no es objeto de esta nota explicar todos y cada uno de ellos. Por otro lado, hoy día el código malicioso se ha vuelto muy complejo, hasta el punto de que es difícil en ocasiones saber de qué se trata o clasificarlo, puesto que hay código malicioso que incorpora características de los virus, pudiendo actuar como un troyano, con las capacidades de propagación de un gusano y recopilando información como si se tratara de Spyware. En definitiva, el código malicioso es capaz de propagarse a través de diversas vías y medios y una vez llega a un sistema, es capaz de realizar múltiples tareas, incluso son capaces de recibir órdenes o funcionar como parte de un grupo de programas maliciosos.
El código malicioso siempre ha sido una amenaza tanto para los usuarios domésticos como para las empresas y las organizaciones, pero en los últimos años se han producido cambios importantes en el ámbito del desarrollo del código malicioso, también conocida como industria del Ciber Crimen que han convertido el código malicioso en una amenaza que hay que tomarse muy en serio.
- Hoy día, detrás de la mayoría del código malicioso actual se esconden grupos criminales perfectamente organizados, que cuentan con medios y profesionales que son captados para desarrollar este tipo de programas.
- Por otro lado, la motivación detrás del desarrollo de este tipo de programas es fundamentalmente económica, lo que implica que tanto los usuarios como las organizaciones y las empresas son objetivos potenciales de estas amenazas. Nadie está a salvo.
- Además, han aparecido los primeros casos de código malicioso diseñado para la ciberguerra, diseñados para infiltrarse y causar daños a infraestructuras tecnológicas del ámbito industrial, lo que ha añadido otro jugador más al terreno del código malicioso, el ciberterrorista.
El código malicioso ha pasado de ser una amenaza que en ocasiones no suponía más que un mensaje divertido en la pantalla del ordenador o un mal funcionamiento del sistema a programas que roban datos bancarios, que secuestran ordenadores impidiendo a sus dueños el acceso a la información a cambio de dinero o convierten el ordenador infectado en parte de una red de ordenadores zombie (Botnet) que es utilizada para el envío masivo de correos de spam o para realizar campañas de phishing.
Para defendernos de esta amenaza la industria de seguridad ofrece múltiples soluciones, que podríamos englobar en tres grupos principales:
- Soluciones para el puesto de trabajo. Son soluciones de protección contra código malicioso que se instalan en el puesto de trabajo, en el ordenador de sobre mesa o en el portátil. Su ámbito de protección es precisamente, el puesto de trabajo.
- Soluciones corporativas. Son soluciones de protección contra este tipo de amenaza cuyo ámbito de protección es toda la organización o un gran número de sistemas. Habitualmente son soluciones en formato UTM (Unified Threat Management), pero también las hay como software que se instala en servidores o equipos que proporcionan servicios a muchos usuarios. También existen soluciones en modalidad de servicio, como las que ofrecen los SOC (Security Operation Center) o incluso los propios ISP (Internet Service Provider) que proporcionan servicios de protección que filtran todo el tráfico que llega y sale de la organización en busca de código malicioso.
- Soluciones para dispositivos móviles. Las soluciones de seguridad para dispositivos móviles son aquellas que se instalan en teléfonos inteligentes y tabletas. Son soluciones destinadas a sistemas operativos como iOS, Android o Blackberry OS, sistemas operativos diseñados originalmente para dispositivos con capacidad para conectarse a redes de telefonía móvil. A diferencia de las soluciones para el puesto de trabajo o las tradicionales para entornos corporativos, las soluciones para dispositivos móviles están en pleno desarrollo y en una fase temprana de su evolución.
Este tipo de aplicaciones ofrecen protección contra muchos tipos de código malicioso. Inicialmente, era muy habitual que las soluciones estuvieran más especializadas, de forma que podíamos encontrar Anti-Virus, Anti-Troyanos, Anti-Spyware, por separado. Hoy día la tendencia son las soluciones que protegen contra múltiples tipos de amenazas que pueden llegar además, a través de múltiples vías: dispositivos de almacenamiento, correo electrónico, mensajería instantánea, etc.
Dentro de las medidas de seguridad básicas, es fundamental contar con una solución para la protección contra el código malicioso, que disponga de actualizaciones constantes y que nos proteja contra el amplio abanico de código malicioso que existe y que no para de crecer.
Por último, desde INTECO-CERT os recordamos que la mejor defensa es contar con información sobre las amenazas y riesgos que aparecen constantemente.
FUENTE: INTECO
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